La foto del debate a seis de ayer en Televisión Española era la imagen de una sociedad que se permite la frivolidad de estar debatiendo sobre el futuro de Europa sin contar con ninguna voz femenina, una auténtica definición del momento que vivimos caracterizado por desaprovechar el potencial de la mitad de la población.
De todos los partidos políticos con opciones a conseguir representación que se presentan en España, sólo el Partido Socialista tiene a una mujer como cabeza de lista. El resto de candidaturas están lideradas por hombres. Pero en el debate entre seis partidos celebrado ayer en la cadena pública no hubo ninguna representación femenina que aportara el necesario punto de vista de la mujer a la discusión sobre la Europa que estamos construyendo.
Partido Popular y Partido Socialista enviaron a sus números dos, Esteban González Pons y Ramón Jáuregui respectivamente, a debatir frente a Ramón Tremosa, candidato por Coalició Per Europa, Willy Meyer, que se presenta por Izquierda Unida, Francisco Sosa Wagner, cabeza de lista de UPyD, y Josep Maria Terricabras, de Esquerra pel Dret a Decidir.
El principal problema del debate es que no fue un debate propiamente dicho por la dificultad de articular un verdadero debate entre seis y por la tenacidad de algunos de los participantes en lanzar sus discursos sin escuchar a los oponentes. Entre las anécdotas más destacadas se encuentra la defensa a ultranza que hizo el popular de la gestión de Rajoy hablando de España como la ‘Alemania del sur‘ o las constantes peleas entre PP y PSOE por la herencia recibida, pero, como siempre, se cerró con un balance pobre para los que deberían ser los auténticos protagonistas del debate: los ciudadanos.
